lunes, 20 de abril de 2009

望子成龍


A Miguel Bosé no le gusta perder el tiempo de modo que, ya que tenía que venir a mi casa, se organizó bien y primero se citó con Manolo, después conmigo. Bueno, no estoy seguro que fuese así. Parece que estuvo con Manolo y con sus amigos en un centro comercial planeando una noche de discoteca y supongo que, estando con él, fue cuando se enteró de que yo estaba haciendo unas pruebas de selección para una obra de teatro que iba a dirigir en Semana Santa.

Miguel bajó las escaleras y lo vi un momento para hacerle la prueba y ver si encajaba. Ya me lo advirtieron, que sí, que sus pies eran los que yo buscaba. Era cierto, parecían los pies del David de Miguel Ángel. Además, al descalzarse y bajarse los pantalones comprobé que tenía un culo estupendo para su edad.

En la obra de teatro iba a participar mi madre, que de un papel simbólico pasó a una protagonista absoluta; en fin, los grandes amores entrañan un gran riesgo. Y así fue que todo se complicaba cada vez más y decidí salir a comer.

Una vez afuera me di cuenta que estaba en un parque de atracciones o un parque temático, no sé bien. Caminé a través de un mercado callejero donde uno de los puestos llamó poderosamente mi atención. Una señora china vendía enjambres de hormigas que a puñados, colocaba sobre unas telas dispuestas a modo de exposición. Las hormigas, de tan pequeñas, imperceptibles, hacían un maravilloso trabajo sobre la tela convirtiendo un simple paño en unos brocados sublimes.

Asombrado, seguí mi camino hasta la estación, donde algunas personas hacían cola para subirse a unos trenes de fantasía, como dragones chinos de colores muy vivos. Y me advirtieron que los tres trenes pasan por la pizzería pero cada uno hace un camino diferente y es muy aconsejable no subirse a tontas y a locas, sino saber bien cuál es tu camino. Entonces dudé, y con la duda me sentí temeroso. Decidí arriesgar y me subí a uno de ellos, recordando que, a veces, no conseguir lo que quiero supone un maravilloso golpe de suerte.

Si iba a perder algo, que no fuera una lección.

El dragón chino es una criatura mitológica china que simboliza el poder espiritual supremo, el poder terrenal y celestial, el conocimiento y la fuerza, y por lo tanto es benévolo. Ha sido, desde la antigüedad, un potente símbolo del poder, la personificación del yang (masculino) y está relacionado con el tiempo próspero.

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