lunes, 27 de julio de 2009

personal belongings

Me decías en el sueño que estar dotado de un fuerte carisma me dará brillo propio: entonces llamaré la atención de los demás. Muchos me admirarán y me amarán -yo te escuchaba y pensaba que normalmente serán mujeres- pero, sin saber por qué, no podré reconocerlo ni disfrutarlo.
Me pregunto qué tendrá que ver, en esto que dices, que mis padres hayan sido un tanto infantiles y esperaran de mí la confirmación de su propio valor, infligiéndome así la herida del aislamiento, y erradicando mi propia condición de ser único, aprendiendo desde muy temprano a sobrevivir complaciendo a los demás, reflejando sus aspiraciones y siendo únicamente lo que a los demás les place. ¡Cuántas máscaras protectoras he adoptado sintiéndome ajeno a mi mismo!
He aprendido a mostrar mi falso «yo», mientras que el auténtico quizás esté escondido en algún rincón. Sale como el gas por la espita, a despacio. Y son muchas las veces que tengo la necesidad de hacerme ver, y sólo me siento real de ese modo. Me hago hipersendible a la crítica o a los enfrentamientos; miro a todas partes en busca de otro espejo, sin hallar más que mi propio reflejo.
Se que tengo capacidad para luchar por aquello que quiero en la vida hasta alcanzarlo. Se que es una buena posición para trabajar en la ayuda a otros, facilitando su creatividad, o a cultivar su individualidad hablando de sus proyectos y objetivos, con respeto, y guardando cierta distancia emocional.
En el viaje que es mi vida a veces elijo a mis compañeros, otras ellos me elijen a mí.