martes, 13 de enero de 2009

el tiempo pasa

Te tengo muy cerca, tanto que me cuesta enfocar para poder verte bien. Y no dejo de pensar que te pareces a él. Entre él y yo hay (hubo) un asunto pendiente. Entre tú y yo también, el mismo.

Me resultas bello, mucho. Y sin embargo, por momentos no me quedo con lo que veo sino que además demando lo que no me vas a poder dar. Lo hago en silencio, para no asustarte, ya me asusto yo.

Me pregunto qué más quiero de tí. Quizá que seas la horma de mi zapato, el alimento de mi ego, que no me sorprendas mucho y que me acabe aburriendo de tantas coincidencias entre tú y yo. ¿Quién será mejor? Qué batallas más absurdas.

Te miro y cierro los ojos. Ahora te veo sin mirarte y me veo también a mí. Ya no son mis ojos los que te ven.

Dentro, en silencio, me susurro una bella canción de Pablo Milanés



El tiempo pasa,
nos vamos poniendo viejos y el amor no lo reflejo como ayer.
Y en cada conversación, cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de razón.

Pasan los años y cómo cambia lo que yo siento,
lo que ayer era amor se va volviendo otro sentimiento.

Porque años atrás, tomar tu mano, robarte un beso,
sin forzar un momento, formaban parte de una verdad.

El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos y el amor no lo reflejo como ayer.
Y en cada conversación, cada beso, cada abrazo, se impone siempre un pedazo de razón.

Vamos viviendo viendo las horas que van muriendo,
las mismas discusiones se van perdiendo entre las razones.
A todo dices que sí, a nada digo que no,
para poder construir la tremenda armonía que pone viejos los corazones.

Porque el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos y el amor no lo reflejo como ayer.
Y en cada conversación, cada beso, cada abrazo, se impone siempre un pedazo de razón



No voy a poder dormir esta noche

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, veo que por aquí también hay cambios.

Dale una canción y haz un discurso sobre tu derecho a amar

José dijo...

Sí, hice reformas la semana pasada