martes, 18 de septiembre de 2007

un embarazo de luto

Al llegar a Madrid descubrí que: mis padres no podían pagarme una residencia y que, aunque puediesen, con tan sólo dieciseis años no me admitían en ninguna. De modo que mi madre arregló pagarle a mi prima Carmen un dinero al mes por tenerme en su casa. Y así fue, me instalé en casa de Carmen y de Paco en Alcorcón.

Un matrimonio sin hijos era la mejor definición para aquella casa. Los hijos que no podían tener parecían que viviesen allí con ellos porque el aire era denso, como de desesperanza, era una casa ocupada por el duelo. Paco era un hombre alegre en apariencia, muy querido por todos, sencillo, tranquilo y muy aficionado a la Mahou. Carmen tenía cara de resabio, sonrisa de falsa satisfacción y una evidia que ocultaba a duras penas y que, de cuando en cuando, salía como a presión en comentarios que herían.


Mi prima me hablaba mucho del pasado, de historias de familia que yo no conocía por la evidente diferencia de edad. Sin embargo, su actitud, sus modos y sus palabras me hacían desconfiar de todo lo que me contaba. Una noche, en su casa, tuve uno de los sueños que más me han impresionado en toda mi vida. Dormía en mi cuarto, en la cama de abajo de unas literas, cuando se abrió la puerta de la habitación y vi entrar a mi tía Antonia, la madre de Carmen, muerta diecisiete años antes, por la que mi madre vistió de luto durante todo mi embarazo.

Estaba vestida como en la única foto que recuerdo de ella, de la boda de su hija mayor, un año antes de morir, y me llamó la atención que llevaba un collar de mi madre que yo no podía dejar de mirar casi hipnotizado. Se sentó en mi cama y pude sentir el pandeo del colchón con su peso.

Me mesaba el pelo. Yo estaba a gusto y así estuvo un buen rato, hasta que me dijo que perdonara a su hija Carmen, que estaba muy enfadada con ella, que no era conmigo.

No recuerdo más y por entonces no entendí mucho del sueño. Sin embargo, años después, cuando murió Paco, entendí todo.

4 comentarios:

Pedro Valdés dijo...

¿a qué también se enfadó con Paco por morirse? Me suena familiar

José dijo...

Sí y no solo eso

Ababol dijo...

ufff, Jose, cuánto me gusta lo que nos cuentas de ti en esta nueva fase

diario dijo...

joer, don josé, me tienes enganchadito