martes, 18 de septiembre de 2007

Avião

Suelo soñar con lugares en los que nunca he estado, o anticipo en sueños sitios que más tarde visito. Me sucede a veces con Nueva York y me sucedió con Río de Janeiro.

Soñé una vez, hace más de siete años, que viajaba a Río. Estaba realmente emocionado, marchaba de un lado para otro preparándolo todo. Entre las cosas que tenían que estar a punto, había un pequeño coche de feria verde con el que haría el viaje; pero lo más difícil era llegar a él con mi maleta. En medio del camino me sucedían muchos inconvenientes que me lo impedían.

Recuerdo el agobio y la desesperación por llegar, pero sin saber cómo, aparecí en una playa de Brasil con mi prima Amparo y mis amigos Jesús y Veronique. Un sol naranja inmenso iluminaba la playa como si la prendiera fuego y yo caminaba, sin perderlo de vista, de espaldas a la marcha y frente a mis tres amigos.

Todo era regocijo hasta que vi cómo un avión de pasajeros se estrellaba en la playa, allá en el horizonte, donde alcanzaba mi vista. Me espanté y horroricé de esa visión. Grité y traté de llamar la atención de mis amigos que no conseguían ver nada, ni creer nada y seguían en el humor de la fiesta.

Me llevé las manos a la cara y lloré por todos aquellos que yo sabía muertos.

Ya no recuerdo más de aquel sueño.

Poco tiempo después viajé a Brasil y allí me enteré de una terrible noticia que sólo a mi me incumbía. Algo que cambiaría mi vida para siempre.

3 comentarios:

Pedro Valdés dijo...

es que tienes algo de brujo

Guilherme Friaça dijo...

más que sueño, era premonición...hoy te echo mucho de menos. saudades.

José dijo...

A veces fantaseo que tenemos una hora para vernos, una hora!!!

Y ordeno mentalmente todo lo que te quiero contar y no me da tiempo