miércoles, 7 de enero de 2009

en conserva

He vuelto de nuevo a las noches de insomnio.

Mi sueño se me hace muy difícil de atrapar y me voy detrás de los pensamientos. Uno tras otro me visitan sin que yo pueda hacer nada por evitarlos.


Cuando era pequeño, antes de dormir, gustaba de imaginar una gran ballena azul surcando el mar en la oscuridad de la noche. Apenas saliendo fuera del agua para ver la luna brillar sobre el océano entero. Me tranquilizaba saber que el animal se bastaba a sí mismo para recorrer en silencio miles de kilómetros. Lo imaginaba solo y en paz, haciendo lo que debe hacer sin ninguna otra distracción.

Empiezo a dudar si mi instinto de autoconservación no ha sido siempre determinante en mí y si mi autonomía, en el fondo, no es una dependencia frustrada.

No hay comentarios: