domingo, 16 de diciembre de 2007

conexión

Anoche cuando salí de allí, caminé abajo la calle Princesa mirando la gente. Sentía un amor que me desbordaba. Unas horas antes había llorado de rabia, después de esa explosión, vino la paz, la comprensión, el cuidado y finalmente el amor.

Las lágrimas se perseguían unas a otras por alcanzar antes mi cuello. El aire me hinchaba los pulmones y sentí cuánta vida me regalaban. Todo quiere ser amado, lo sentí así en lo más profundo de mí.

Llegué después a mi cama conmocionado, y soñé esto:

Era una casa inmensa y generosa, llena de gente feliz y habitaciones para todos. Allí estaba toda mi familia, incluso primos que casi ni conozco. Yo con un espíritu festivo recorría las habitaciones invitándoles a cantar.

Entonábamos de maravilla, todos al unísono: "Triniá, mi Triniá, la de la Puerta Real, carita de nazarena, con la Virgen Macarena yo te tengo compará; algo tu vida envenena, qué tienes en la mirá que no me pareces buena, Triniá, mi Trini, ay... mi Triniá"

Y en uno de los trinos, me desperté.

Volví hoy a trabajar con el grupo. Un día maravilloso, lleno de amor y de paz.

Y ahora al llegar a casa me he quedado perplejo leyendo el sueño de Guilherme.

3 comentarios:

Guilherme Friaça dijo...

estamos en la misma sintonia. cuando empezé a leer tu sueño, pensé: pero si es lo mismo que soñé...

José dijo...

Sí, me ha impresionado

Anónimo dijo...

y q bonito es cuando alguna vez se siente ese inmenso amor de querer a todo el mundo y de decir, joder!!! si !!!!
(V)