lunes, 1 de octubre de 2007

cadenas

Me lo he propuesto y lo he hecho. Eres un hombre más alto que yo, más corpulento y con un par de años más. Y busco tu abrazo, tu protección. Mi descanso sobre tu cuerpo. Un abrazo que le dije a Carmen y a Guilherme que necesitaba, me lo has dado.


Me quedo pensando qué nos pasa, porqué mis hermanas tienen unas relaciones pésimas con sus maridos, esos a los que amenazan cosntantemente con el divorcio, que son nada sin ellas y que no las merecen. Y mi hermano, tan incapacitado para que el amor le llegue. Y yo, sin querer rendirme en los brazos de nadie, bloqueado al sentimiento verdadero del amor, al compañero que retoza a mi lado.


¿Qué nos sucede? ¿Tendrá que ver que mis padres llevan toda la vida juntos y repudiándose dos días de cada tres? ¿O vendrá de atrás? Será el desamor una cadena que se arrastra sin fin, hasta que la conciencia y la voluntad en aprender pone las cosas en su debido lugar: que la manipulación disfrazada de amor es la locura.


Avelina, la madre de mi abuela, una mucama analfabeta pero joven, se acabó casando con Don Pedro, un señor de bien a quien servía. Él era soltero, mucho mayor que ella, rechoncho, cuellicorto y con una berruga peluda en un moflete . Leía la prensa en el casino y vivía desahogadamente.

Casarse con el señor, sacrificando el amor, fue su manera de salir de la pobreza. Y al creer que ese camino que ella tomaba no tenía un precio que pagar, empujó a su hija a hacer lo mismo, casarase con Francisco por dinero.

Avelina tuvo dos hijos: Ana, mi abuela, y José María, que se acabó casando con Tía Rosa, la estanquera, esa a la que le gustaba mucho montar en coche.

5 comentarios:

Pedro Valdés dijo...

a ver si vas a salir un moderno de estos que dicen que todo es genético.

José dijo...

No hombre no, se llama compulsión a la repetición

Pedro Valdés dijo...

yo soy mu compulsivo y lo que me gusta lo repito y lo repito

José dijo...

The problema is cuando se repite what fucks you up, vamos lo que te hace daño, churri

Ababol dijo...

mas alto que tú?
otia, ya tiene que sé grande, quiyo...

bien por buscar ese abrazo, lo primero es lo primero, luego ya le pondrás colores y matices

en cuanto a la memoria genética existe, parece bastante claro que se transmite vía materna por el adn mitocondrial, luego está la reflexión y el libre albedrío, y el ejercicio de desaprender, o de saber darle la vuelta a lo aprendido... ¿como era aquella frase...? algo así: "los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla"
pues para las personas igual

un abrazo, fuerte pero pequeñito, porque soy pequeñita, (mágrandequetu, lavin, todavía estoy impactá)