lunes, 7 de julio de 2008

mitología

Sí, como un pellizco en el estómago. Siento el desasosiego.
Intento poner claridad a lo que me parece difícil de re-conocer.

Es un viejo conocido que, de cuando en cuando, me visita. Intento establecer un diálogo para saber de dónde viene y para qué esa sensación de culpabilidad e inadaptación.

Lo dejo estar, no se hacer otra cosa.

En mi familia hay un mundo mitológico que se me hace pesado. Un animal mitológico que me acompaña es el de tener que recuperar un lugar de dignidad que perdimos. Mi abuela materna dejó de ser una acomodada pequeñoburguesa para vivir la miseria. Ese lugar perdido, que nos corresponde por derecho, y que mi madre ha intentado recuperar primero ella misma y después a través de sus hijos, de mi.

Ciegamente he cogido ese testigo y hoy quiero decir que me planto. No tengo que recuperar nada puesto que yo nada perdí .

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué afan por recuperar lugares o posiciones "perdidas"...A lo mejor no se perdieron, solo cerraron su ciclo.
Si lucháramos igual por recuperar, (o mejor aún, por obtener por nosotros mismos) personas, amigos, y de hacerlo por lo que son, no por lo que representen...
El presente, y lo que forma parte de él, es el mejor regalo.


Marita

miguel albiñana dijo...

me puedo imagianr tu deacanso al dejar de luchar por lo irreuperable